Nacimos
en malos tiempos: miseria, hambre, racionamiento…
Crecimos jugando en la calle: a la comba, a la línea, a
las tabas, a las chapas o a las canicas, sin coches ni impedimentos.
Muchos de
nosotros emigramos para ganarnos la vida y nos separamos de nuestros seres
queridos, nos fuimos de nuestra tierra, de nuestro pueblo… con todo lo que eso significa.
Les dimos a
nuestros hijos una educación muy
superior a la que nosotros habíamos recibido y unos medios para independizarse
que nosotros nunca tuvimos.
Y aquí
estamos criando nietos.
Pero con ganas
de vivir, de seguir adelante, de
divertirnos, con esta sensación del
deber cumplido, de haber sido capaces de darlo todo sin pedir nada a cambio.
Ahora nos
toca seguir nuestro camino en paz, disfrutando de la
jubilación, de la familia, de los amigos…
Creo que nos
lo merecemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario