Tiene unos cincuenta y cinco años y es maño de nacimiento y de corazón, aunque hace muchos años que no vive en Aragón.
Cuando acabó el bachillerato entró a trabajar en un banco y luego compaginó los estudios de económicas y la preparación de una oposición muy difícil con el trabajo.
Era muy joven cuando se enamoró de una chica mayor que él, enseguida se fueron a vivir juntos y unos años después se casaron. Nadie daba un duro por ese matrimonio (debido a la diferencia de edad, claro está, no olvidemos que vivimos en un mundo machista) y ha sido un éxito rotundo a pesar de que, nueve años después de casarse, ella contrajo una grave enfermedad de la que aún le quedan secuelas. Sería imposible encontrar un marido más atento cariñoso y abnegado, es seguro que él tuvo una parte importante en la curación de su mujer.
Siempre fue muy serio y poco hablador, pero cuando tomaba una copita se transformaba en un conversador agradable, culto y con gran sentido del humor. Ahora no toma copitas, por eso de la glucosa, pero a cambio se ha hecho más locuaz y , para mí, es una delicia pasar un rato con él.
Sí, definitivamente es azul, azul puro liso y brillante, como el cielo, como el mar en calma… Profundamente bueno, cabal, comedido, atento…. Y por eso lo quiero y lo admiro, aunque nunca haya tenido oportunidad de decírselo, porque, en su natural modestia, no le gustan nada los halagos.
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