martes, 28 de junio de 2011

ADIÓS A MI JARDÍN



En enero te dije adiós. Adiós a las chirivitas y a los dientes de león que aparecían de forma espontánea al aminorar las heladas del invierno; Adiós a las prímulas y a las margaritas que anunciaban la primavera cercana; Adiós las calas, a las azucenas, a las begonias, a las hortensias, a los geranios, a las petunias… a la espléndida buganvilla..., tantas veces reflejadas en este blog para que mi gente, disfrutara conmigo de tu belleza…
Hoy te he vuelto a ver, reseco y agostado, abortada tu hermosura, asfixiado por las malas hierbas y las zarzas que crecen a su antojo y sin freno…
Pero no lloro porque he trasplantado parte de tus tesoros a las macetas de mis sesenta metros cuadrados de terraza urbana y ahí estás, con renovado vigor, más bello si cabe. Y cada mañana al despertarme veo desde la ventana de mi habitación los geranios, las petunias, la incipiente buganvilla... Y luego salgo a desayunar a la fresca del rincón tropical, que cada vez se asemeja más al que tú me ofrecías cada mañana.
No, no lloro, soy muy feliz en mi nuevo jardín, si acaso me entristece verte acabado y sin rumbo. Supongo que la higuera, que continua impertérrita su vida al margen de tu abandono, si llorará en su soledad por la hermosura perdida.



"Mi terraza"











































































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