domingo, 22 de febrero de 2015

CADA DíA UNA FLOR

En Murcia las buganvilias están en flor todo el año


DE PASEO



Refrescándose a la orilla del lago
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DE ESO NADA

                          

  Corrían los años cincuenta cuando María contaba 17 años. Era la segunda de tres hermanas y vivía con sus padres en una quintana propiedad de los abuelos. No eran unos potentados pero se las arreglaban muy bien, esos sí, trabajando como bestias, los tiempos no daban tregua. A María sólo le gustaba bailar y bailar y se escabullía siempre que podía de las faenas que le asignaban. Como su familia veía con preocupación la poca disposición de María para las labores de la casa decidieron buscar una casamentera que le buscara un marido y no tardó en venir con Fidel,  un hombre serio y responsable que sólo pretendía que la novia tuviera hacienda y estuviera entera.

Durante los siete meses que duró el noviazgo, su madre se cuidó muy bien de encerrarla en su habitación hasta que su novio viniera a buscarla los domingos para ir al baile. No es que él fuera un gran aficionado a ese tipo de meneo, más bien nada,  pero en el cortejo, ya se sabe, todo parece poco para complacer a la dama.  Él se sentaba y la miraba mientras ella bailaba sin parar con sus amigas.  Era como la bella potra salvaje que tenía en el corral, con buena estampa pero aún por domar.

   El tiempo pasó y llegó la época de las amonestaciones. Cuando ya estaba todo decidido y hablado, un día, al volver del baile, Fidel se puso un poco pesado.
   -Vamos al caramanchón. Es que con ese meneo que tienes me  pongo a cien.
   - ¿Al caramanchón? ¿A qué? No, está  muy oscuro y en cuanto oscurece, las ratas campan a su aire  -contestó María que sabía muy bien lo que Fidel pretendía-. Si estás caliente ve al río, verás como refrescas. ¿No vamos casarnos en dos meses? Pues espera  diantre, que todo llegará.
  
María sabía de eso. El año pasado, cuando fueron a la romería del Cristo, había bailado toda la tarde con uno de San Andrés. Cuando oscureció, él se empeñó en dar un paseo por la playa. La marea estaba baja y había unas piedras muy grandes que formaban una cueva debajo del muro. Beso va y beso viene, antes de que se diera cuenta,  el chaval se le había echado encima.
 -Vamos a pasarlo bien -le había dicho, pero de eso nada.
Lo del morreo no estuvo mal, tuvo su emoción, pero luego… en dos minutos se quitó el pantalón, le quito a ella las bragas, le metió su enorme miembro suspiró dos veces y se acabó. De aquello, María salió sin honra y con la convicción de que era lo más tonto que podía hacerse. ¡Ni comparar con el baile! ¡Ahí sí que se pasaba bien! Desde entonces bailaba como una loca, y hasta disfrutaba cuando comprobaba que los mozos la echaban miradas lascivas.  Por dentro se vengaba porque tenía totalmente decidido que nunca más accedería a algo tan estúpido.

   A Ella Fidel no le gustaba ni poco ni mucho, ni nada. Desde su punto de vista era un hombre mayor y no especialmente guapo, ni simpático, ni tan siquiera bailaba bien. Pero sabía que el matrimonio era su destino y que, si no era ese, sería otro. Una vez casada  y después de la “consumación”, estaba apañado si pensaba que ella iba a seguir haciendo eso así como así. La consumación era necesaria porque todo el pueblo sabía lo de la Maruja: como no había habido consumación, porque el novio murió de repente en el banquete de bodas,  se quedó sin nada.

   A Fidel en el fondo le gustó la negativa de su novia, eso era señal de que estaba entera y para él era fundamental,  así que no insistió más y se conformo con un discreto besuqueo. ¡Pobre hombre! No sabía lo que le esperaba.

sábado, 21 de febrero de 2015

CADA DÍA UNA FLOR

Otro pupurri de primavera

ME GUSTA, NO ME GUSTA

   Me gusta la incierta verdad científica y sus posibles falseamientos.

 Me gusta la historia y sus medias certezas.

 Me gusta el arte, la mentira evidente, la fantasía.


   No me gusta ningún dios, ningún credo, ninguna verdad  absoluta porque sí

jueves, 19 de febrero de 2015

CADA DÍA UNA FLOR



Las prímulas inundan de color la primavera, aquí ya han florecido





LOS COLORES DEL ALMA


  

          MI INFANCIA


En verano mi infancia era azul y verde.  Azul de cielo y de mar, verde de campos… y de mar. También estaban  las petunias, los alhelíes, las hortensias y  las rosaledas del parque. Era  la plenitud  de vivir en un marco de libertad y alegría.
El resto del año hibernaba en un mundo gris. Gris de nubes, lluvia y noche… Y gris oscuro, casi negro de monjas y  rezos y “eso es pecado” y “eso es de mala educación”. Una sensación, de infierno y represión.

Hasta que mi profesora preferida, fea, vieja, solterona de guerra y romántica,  me regaló el arco iris: un poema al anochecer, un libro a al mes. Y el invierno se hizo verano… y la noche día.

sábado, 14 de febrero de 2015

viernes, 13 de febrero de 2015

CADA DÍA UNA FLOR. Margaritas


 Es la época de las humildes margaritas, al menos en Murcia.Son muy agradables, piden poco y alegran mucho


RELATOS CORTOS. La venganza

                  
       

   Anoche me desperté y mi cama estaba fría y vacía. Como sonámbula salí de la habitación   y sentí  jadeos dos puertas más allá. Me senté a llorar en el recodo del pasillo. ¡Quién lo iba a decir!, Ramón, tan serio, tan circunspecto. Al poco lo vi correr semidesnudo hacia nuestro dormitorio. Me levanté, me dirigí a la habitación 235 y Mirian, la guapísima  chica con la que habíamos conversado en el hotel durante la cena, me miró asombrada.
   ­-Nunca he tocado a una mujer -le dije y ella me sonrió.
   Su cama era cálida  y acogedora.
   - ¿Dónde has estado? -preguntó Ramón angustiado cuando  regresé a mi habitación..
   -Fui a pedir una aspirina al conserje. Tenía dolor de cabeza.
   -Yo también tuve que ir a por un nolotil  –contestó aliviado.
   Al amanecer aún tenía la turbadora  sensación de pecado y placer.
   ¡Qué sueño tan extraño!
   ¿Venganza?

   ¿Asignatura pendiente?