Comenzamos por El Palacio de Comares que era la residencia del emir, y, como casi todas las casas musulmanas, está constituida por un patio central, llamado Patio de los Arrañanes, rodeado de diversas dependencias También se ha llamado Patio de los mirtos porque el estanque central está rodeado de macizos de arrayanes (
o mirtos)Yusuf I quiso construir algo grandioso que epatara a sus visitantes y desde luego que lo consiguió, aunque es milagroso que llegara hasta nuestros tiempos, dado que el fantástico ornamento de cerámica y yeso está sostenido por una mísera arquitectura de "palitroques", y tanto es así que se dice en algunas guías que es el único palacio de este tipo y de esta época que se conserva en pie. Todo está profusamente decorado con adornos e inscripciones del Corán.
Deambulamos por todas las dependencias, y supongo que fueron más hermosas todavía, pues parece ser que se demolieron parcialmente para construir el Palacio de Carlos V: un mazacote del que hablaré posteriormente.
El conjunto da una cierta sensación de placidez.
Intenté sacar buenas fotos para el recuerdo pero mi vieja cámara no fue capaz de recoger con nitidez toda la belleza que me rodeaba. En ese momento decidimos comprarnos una cámara nueva.
Seguía haciendo calor pero casi no me daba cuenta. El recinto empezaba a llenarse de turistas, así que decidimos pegarnos disimuladamente a alguno de los grupos para escuchar lo que decían los guías, aunque se repitieran, ¡no teníamos prisa!
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