miércoles, 9 de diciembre de 2009

EL ORDENADOR: Por Xana Espinosa

Un día más y..., No hay manera, no quiere saber nada de mí. Estoy harta del solitario. Ahí viene Paco, acelerado, como siempre, tal parece que está haciendo algo muy importante y muy trabajoso…
-¡Ludy! ¿Está la comida?
-Sí.
-Pues venga, estoy muerto de hambre.
Nunca comprenderé a este hombre, treinta años en la mina currando como un cabrón y cuando lo jubilan se encierra en este terruño a trabajar y trabajar en la huerta. ¡Con la pensión que tenemos! Mira que podríamos viajar, salir, ir al teatro, a comer por ahí, lo que nos apeteciera. Y, además, está convencido que las cuatro patatas y tres alubias que saca nos son imprescindibles para sobrevivir. La verdad es que si no fuera por las visitas de los chiquillos pensaría que estamos solos en este mundo.
-Están buenísimas y eso que las judías verdes llevan congeladas casi seis meses. ¡Es que como lo de casa!
-Sí, están sabrosas
-Reina, tráeme más agua.
-Voy.
¿Por qué no sacaría yo el carnet de conducir? Este destierro me mata. Cuando vivíamos en Villablino podía salir a tomar un café con mis hermanas, pero aquí, perdidos en el fin del mundo…
-¿Queda dulce de manzana?
-Claro. Ya te lo traigo.
- Cocinando eres la mejor.
-Llevo toda la vida haciéndolo.
-Luego te lo agradeceré como tú sabes.
Se lo digo o no se lo digo…
-Oye Papá, necesitaba ir a la peluquería.
-¿Para qué? A mí me gustas más con tu pelo natural.
-Es que viene a Villablino una compañía de teatro y mi hermana Mary me ha preguntado que si me sacan entrada.
-¿Y qué le has dicho? ¡No me jodas Ludy! Yo no pienso andar con el coche de acá para allá por semejante tontería. Además, no voy a estar dos horas esperándote como un tonto sin hacer nada.
-Podrías ir a echar una partida con tus antiguos compañeros que se reúnen en el bar.
-¡Vaya diversión! Ni lo sueñes. ¡Con lo felices que somos aquí! ¿Qué necesitas andar por ahí de un lado para otro? Verás como luego lo pasas mejor que en teatros y peluquerías.
¡Lo sabía!, sabía que diría que no. ¿Para qué voy a protestar si ya sé que no sirve para nada? No me importa. ¡Anda! Duerme la siesta y déjame en paz.
-¿No vas a dormir la siesta?
-Sí.
Eso, acomódate en el sillón delante de la tele… a ver si empiezas a roncar… Bajaré un poco el televisor, si lo apago del todo se despierta. Me voy a mi rincón, desde aquí lo oigo si se levanta . ¿Por qué no me decidí? Era imposible, la vida es muy complicada. Armando es el hombre más maravilloso de este mundo, pero… ¿Y si Armando asoma otra vez por el Messenger? No lo hará, nunca pudo comprender mi negativa. ¿Cómo iba a marcharme a vivir a Méjico dejando aquí toda mi vida? ¿Qué dirían mis hijos? Claro que ellos hacen su vida, los dos viven con su novia sin más, pero no es lo mismo. ¡Vaya! Se ha puesto verde Venus. No sé si quiero hablar con ella..
-Hola Venus.
-Hola Amanda. ¿Qué es de tu vida?
-Pues como siempre. Hoy Paco me ha dicho que no me quería llevar a la peluquería ni al teatro y mira que me hace ilusión.
-Es un cafre, no sé como lo soportas.
-¿Qué puedo hacer?
-Dejarlo.
-Qué más quisiera, pero a estas edades todo es muy complicado.
-Tenías que haberte largado con Emiliano.
-Sí, tenía que haberlo hecho pero no lo hice y él ahora no quiere saber nada de mí.
- No sé. A veces me arrepiento de haberte facilitado ese contacto.
-Ni te lo plantees. Lo que pasó con Emiliano fue maravilloso… desde que lo conocí no me importa nada esta vida de mierda que llevo, espera… Te dejo porque Paco empieza a dar señales, luego hablamos, cuando se marche a la huerta.
Tengo que cerrar el Messenger, aunque la verdad éste no entiende de nada.
-No sé como puedes estar todo el día colgado a ese trasto. Menuda te hizo tu hijo trayéndolo.
- Si te decidieses a aprender, te iba a gustar mucho Es una ventana al mundo.
-¿Gustarme a mí esa inutilidad? Me voy a currar, es mucho más divertido y más sano podar los frutales y da más rendimiento.
Eso vete, y no vuelvas… voy a ver…Emiliano, mi Armando, no aparece, ya lleva así casi un mes. Voy a ver si todavía está Venus… No puede ser, de verdad es él… Sí Emiliano está verde… ¿Seré tonta?, ¿no se me saltan las lágrimas? Un momento Ludy, respira fuerte…
-¿Armando? ¿Eres tú?
-¡Hola Ludy! Sí, aquí estoy. No he podido aguantarme más. Es una tontería, a nuestra edad conformarnos con un amor platónico… pero aquí me tienes, enamorado, como siempre.

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