sábado, 13 de marzo de 2010

LA SEPARACIÓN

Un día más sin poder librarme de esta opresión que casi no me deja ni respirar. Lo que realmente me gustaría es meterme en la cama y dormir sin parar. No tengo que pensar estas cosas, pero no puedo evitarlo…
Estoy contenta, soy libre, puedo vivir mi vida como a mí me gusta, sin aguantar borracheras ni malos rollos. ¡Ea! Hay que levantarse para ir a trabajar y dejarse de lamentaciones porque estoy mejor que estaba. En realidad no me puedo quejar, tengo mi independencia económica, mi coche, no le tengo que dar cuentas a nadie. Hay que empezar de nuevo, todavía soy joven.
A ver si hoy tengo tiempo para ir a las rebajas a comprarme algo, me vendrían bien unos pantalones nuevos y si encontrara una chaqueta que me gustase… algo juvenil. Claro que tendría que adelgazar, pero no soy capaz. Voy a desayunar poco, un café y una pieza de fruta.
Y total para qué me voy a comprar ropa nueva si casi no salgo, si ni tan siquiera me atrevo a decirle a la gente que estoy divorciada, se van a reír ¿O sea que estás divorciada y sigues viviendo con él? Sí pero un día dije no aguanto más y lo hice, lo de cambiar de casa y todo lo demás es muy complicado y no es tan importante, además, desde que me separé es mucho más amable y prácticamente ha dejado de beber. Ahora que lo trato como a un hermano las cosas van mucho mejor, ayer me había hecho la cena y todo, hasta me resultó tierno. El lo notó porque volvió a decirme que teníamos que casarnos otra vez, en realidad lo que quería era que yo cediese y nos fuésemos para la cama, y luego, volver a lo de siempre. Pero no, eso sí que no. Yo ya no lo veo como a un hombre, no me emociona que me corteje, en realidad ya no se atreve ni a tocarme. Pero lo necesito y eso me fastidia. No quiero ni decírmelo a mí misma, pero soy una mujer dependiente. Lo necesito para vivir, para salir de vez en cuando, para la casería, para que me ayude a tomar decisiones, me siento a gusto cuando vamos a comer juntos, pero no quiero volver a lo de siempre. Los demás pensarán que estoy loca, seguro que soy la comidilla del pueblo.
Tendría que echarme amigas y salir por ahí. Eso es lo que tengo que hacer, salir, cambiar de ambiente, si no me decido ¿qué es lo que me espera? La soledad. El chiquillo se puede decir que vive con su novia y mi madre cualquier día me da un susto. Me aterra la soledad. No quiero volver a la depresión, a ese pozo negro que la traga a una, claro que si no fuera por las pastillas no habría levantado cabeza ¿Y si las dejara de tomar? Estoy segura de que son la causa de que haya engordado. Se lo diré al médico. El otro día Regina me dijo que lo peor era la soledad, que se había arrepentido una y mil veces de haberse separado. Yo no me arrepiento, pero no soy capaz de pensar en otra cosa y me mata esta angustia que no me deja vivir. Quisiera dormirme y no despertar.

1 comentario:

  1. No esperes todo a la vez
    no te arrepientas mujer valiente
    que cuando se duerme el pez
    se lo lleva la corriente.
    Que no te importe la gente
    si lograste independencia
    sigue luchando de frente
    poco a poco y con paciencia.
    Recure ya a tu conciencia,
    a tu creatividad, a tu sabiduría
    disfruta de la experiencia
    y ¡venga satisfacción cada día!.
    Que no te falte alegría
    y que puedas ver tus sueños
    no te busques nuevos dueños
    que es la exacta letanía.
    Todos tienen sus manías
    esa es la pura verdad
    prefiero la soledad
    que vivir de la utopía.

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