martes, 16 de marzo de 2010

Yolanda López y Ana Suárez: dos grandes profesionales de la hostelería.

Todas las mañanas voy a rehabilitación porque mi artrosis generalizada me está jugando una mala pasada y tengo el brazo derecho casi inutilizado. Voy a primera hora de la mañana y el frío cala hasta los huesos, pero una hora después, cuando salgo, la mañana se ha desperezado y, en ocasiones como hoy , resulta radiante.
Indefectiblemente me planteo si debo ir al Café Alva a tomar mi segundo desayuno, y lo pienso porque con el café te regalan dos exquisitos churros que ya se sabe: engordan.. Luego pienso que dos churros tampoco son para tanto y acabo cayendo en la tentación.
Y todo porque el Café Alva es un lugar luminoso y acogedor en el que apetece entrar. Y sobre todo porque te reciben Yolanda y Ana, dos magnificas profesionales de la hostelería que, aún siendo dos chicas bien guapas, no van de divas de la barra, como ocurre en tantas ocasiones. Te reciben con una sonrisa en los labios, te atienden con toda celeridad, y están preparadas para cualquier circunstancia, incluida la posibilidad de preparar cafés (con sus dos churros), para llevar al ambulatorio que está enfrente si no dispones de tiempo para tomarlo en la cafetería.
Gracias, Ana y Yolanda por alegrarme el día cuando comienza y ayudarme a ponerme las pilas para el resto, aunque el brazo me duela horrores.

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